Miercoles 24 de Marzo de 2010

Por Dirty Harry, a.k.a. Falonator (*) (asistido por La Dama de Caos y El Televidente).

(* lease faloneitor, plis)

Episodio I

La poesía tiene vagina...y los versos menstrúan...

(o: Safo, Juana Inés de la Cruz, Teresa de Jesús, Mary Shelley, Juanita Austen, hermanitas Brontë, Edith Wharton, Katherine Mansfield, Rosa Chacel, Gabriela Mistral, Blanca Varela...revolcaoz en vueztraz tumbaz!!!!)

Decía mi señor abuelo, después de venir del monte, montao a caballo, trayéndole a mi difunta abuelita y a toda su prole los frutos de la cacería con los que su esposa deleitaría el paladar del clan: "Mujer, solo hay una cosa que me inquieta más que estar en las colinas a estas horas...y es que al regresar, un día se te dé por no cocinar o exigir ir a la universidad..."

Así es carajo. Así es.

Y no es la inquietud o temor de quien presiente al enemigo supremo, no, por el escroto de Atila, no; es el pánico ante el hembrismo (feminismo, si se es adepto al eufemismo) más imbécil y terco, ante la supuración menstrual de filiación totalitaria que convierte en frígidas histéricas a las mujeres cuando no en diabéticas idealistas de repostería.

Más hijos y menos egresadas!!

Bueno, al grano.

Aquella noche el Nazca abrió sus sobacos a los poetas con útero, ergo, a las poetitas romántico-feministas; vale decir, a tres niñas maniacodepresivas con violentos deseos de llamar la atención merced a la humillación voluntaria que provee la declamación de versitos pavorosos (por lo rematadamente estúpidos).

Como augurando la infausta noche para la luz literaria, el menesteroso reflector colocado en el suelo y que funge de iluminación idónea pa los artis de turno, casi ocasiona la muerte del demonio boa, al hacerle tropezar chapulincoloradiamente en un momento previo al ¿recital? Tal incidente se repetiría dos veces más, a manera de sutil maldición para con los asesinos del arte.

Episodio II

No todo lo que sangra es un guerrero herido...puede que sea una vagina en su mes...

Entonces, después de la insufrible presentación del moderador Aceite de Olivo, abrió el fuego Asusto Gringo, aedo chimbotano, que, muy orondo él, se empeñó en reforzar cuanto prejuicio negativo se pueda tener hacia su tierra gracias a una retahíla de macrocojudeces sociohistóricas que sirvieron de preludio a unos poemitas tan estimulantes como un film de Ed Wood. Las taras recurrentes de los poetas nacionales confluyeron estrepitosamente en los textos del Asusto: redacción de chibolo con ínfimo CI, nula capacidad lírica, indigente empleo de las imágenes literarias, chetumarismos monótonos, imbecilidad persistente que intenta pasar por transgresora, etc. El título de su dizque poemario, Poca Confianza, es un involuntario indicador de las expectativas artísticas de este país para con sus vates _ salvo contadísimas excepciones _ en tanto siga el rumbo que se ha trazado hace casi tres décadas.

De ahí, el diablito presentó al plato fuerte (léase habló huevadas con una convicción casi sobrecogedora): las nínfulas de la rima. Comenzó K-nina Blackmouth con una serie de incoherencias arrecho-patafísicas decididamente mongoloides. La doña volcaba sus creaciones con fervor de conductora de programa culinario, acompañando su dicción con muequitas de diva de café literario en quiebra.

Es de resaltar el pequeño preámbulo con el que el demonio boa hacía conocer a la platea ciertos atributos o incidencias trasbambalinescas con la Blackmouth. El mefístito evocó ciertas lidias internáuticas con la émula de Virginia Woolf; esto, lejos de suscitar un ambiente propicio para enconos revividos, originó que la matrona tildara de legendario (adjetivo de connotaciones relativas, considerando que la idiotez también es mítica) a su galante introductor.

Huelga decir a estas alturas las clasificaciones en que incurrieron las poetas de dicha velada. Pero como la memoria es frágil, o discriminativa diré mejorsh, antes de proseguir con el taxidermismo, las enumeraré pal anexo del inconsciente colectivo de Forever Spring City.

La poesía clitoriana ha de tratar sobre lo siguiente:

a) Revolcones en su variable enjundiosa; o sea, demostrando que la mujer también siente y se lubrica; describe, toda ella, la espera, el ayuntamiento/inseminación y posterior elucubración trascendentalista de las secreciones que discurren por cuanto orificio presente el cuerpo de la hembroaa...

b) Cotidianidades mágicas; a esto llamaremos el puto síndrome de Amélie Poulain. Sí macilentos efebos, desde que esa retardada asaltó las pantallas del mundo, millones y trillones de cojuditas sintiéronse realizadas y comprendidas al ver que en lo que una situación normal hubiese acarreao el sin par: "carajo, deja de huevear y ponte a hacer algo, mujer!!", ahora era enaltecido hasta la náusea y tomado como estandarte por las lobotomizadas trompas de Falopio del nuevo milenio.

c) Chanfainita. Dosis de las dos primeras categorizaciones metiendo de contrabando, inexplicable y burdamente, la VIRIL exuberancia de los grandes, únicos y definitivos narradores. Cabe decir Tolkien, Carroll, y a cuanto más genio se le pueda intentar birlar el destello inconfundible de sus parajes de ensueño.

INTERLUDIO

Asusto Gringo casi se saca la reconchadesumare al tropezar con el reflector maldito mientras intentaba sacar unas fotitos.

...ahora prosigamus:

Carito Hierbas es la ultratípica mozuela que se ha dado cuenta, sin más preámbulos, que lo suyo es la poesía. Prospecto de Campanita nazquienta, la niña opta por otros recovecos para hacerse de un lugar en El Parnaso.

No lo consigue ni cagando, obviamente.

Cuando concluyo su recitación, creí que aún estaba presentándose, joder...

Pero su prolijidad al vestir ("bien perica esta" como decía mi abuela) es algo que se agradece en medio de zarrapastrosos fashions y seres feminoides.

Tilde a la Granadilla nos espetó las mil y un formas en que siente el amogggggg. Algún mal pensado diría que la señorita única y exclusivamente vive tirada entre sábanas, esperando succionar a su amante cual desesperao súcubo en su primera misión. Pero nooooooooo, disolutos de mentes freudianas, la niña le canta a los fluidos que circundan las tibias siluetas de los enamoraozzz durante las noches veraniegas.

"No te olvides del jebe..." casi podía escucharse al percibir sus coplas, eso y la titánica canción de Celine Dion.

Esto último quizá es producto de oír a la Blackmouth.

Episodio III

What the fuck...???!!!

Mucho me hablaron mis colegas sobre Vito Vientre; Alphonse Moreau y Lady Caos, qué duda cabe, fueron los más entusiastas al respecto. En el buen doctor vislumbré el particular interés hacia las mascotas que ha consolidado su reputación de genetista y en la caótica donzellia cierta nostalgia para con sus lejanos años de maestra de niños especiales. "Esto va a ser mejor que fornicar con mi hija", pensé al recibir semejantes referencias vientrenistas, a pesar de las acotaciones de El Televidente y el resto del staff de este blog.

Después de los monólogos de la vagina y de la negativa del público para recitar algo más, el juglar del Armagedon fue invitado a salir. Precariamente chaplinesco y anatómicamente ultrajante, avanzó con premura, topándose aparatosamente con el mentado reflector pero logrando mantenerse en pie a fuerza de un sentido del equilibrio francamente insólito. Dijo unas breves palabras introductorias que no logré captar en su totalidad (el mozo habla como si fuera la cría antropomorfizada de un pato) y posteriormente dio rienda suelta a sus versos.

Ininteligibles en un 95% y notoriamente estúpidos en un 5%.

En verdad, esperaba más del dichoso Vito Vientre.

La función terminó. Al menos para mí.

Masturbé mi Mágnum y salí desapercibido de El Nazca...

Y ahora, una oda menstrual:

PLASH!!


Explotó tu lácteo espíritu genital
En mi rostro núbil y sonriente.


PLASH!!


Se estrelló la tibia materialización de tu deseo
En mis labios ávidos de nuevos sabores.


PLASH!!


Chorreó, viscoso e ingenuo
Aquella goma agridulce
Por mi hocico, custodio de brackets
Bellamente cincelados.


PLASH!!


Engendremos una galaxia,
Un castillo con praderas aledañas
Mediante el heroico asalto
Que mi vulva recibirá de parte
De aquel puñal de carne
Que habita entre tus bellas ancas,
Quiero que me provoques tal hemorragia uterina
Que, como mínimo, me deje en silla de ruedas,
Misma _ o mismo _ profesor Charles Xavier,
Para así controlar tu mente, hermoso pajero
De lengua loca...


PLASH!!